Muchas personas tienden a pensar que la vida de un nómade digital se trata simplemente de trabajar desde su computadora en una hermosa playa. Sí, muchas veces es así, pero este no es siempre el caso.
Planeé mi viaje a Varna (Bulgaria) tan pronto como llegué a Praga. Me contaron sobre sus hermosas playas, el excelente clima y las increíbles frutas y verduras orgánicas. En ese momento yo estaba deseando pasar unos días en la playa, así que reservé un Airbnb por una semana, me aseguré de que tuviera buen wifi y estuviera cerca de la playa y del centro de la ciudad (estaba ubicado a 300 m de la “catedral” local).
Era la última semana de la temporada alta en Europa, así que básicamente reservé el último asiento disponible en el único vuelo diario hacia y desde Varna. (Nota para mi yo futuro: no viajar a ninguna parte en la primera o última semana de la temporada alta)
Tan pronto como llegué, me sentí un poco extraña. El lugar era increíble: la playa era hermosa, mi alojamiento tenía todo lo que necesitaba, y el wifi era excelente.
Sin embargo, el ambiente no me invitaba ni a trabajar ni a disfrutar de la playa. El lugar estaba lleno de turistas, familias con niños, grupos de amigos de fiesta en la playa, las tiendas locales solo vendían comida o ropa de playa, y la “catedral” local era una pequeña cabaña de madera.
El ambiente no me invitaba a concentrarme en el trabajo ni tampoco a disfrutar de la playa como todos estaban haciendo. Muchos piensan que si sos un nómada digital, cualquier lugar debería funcionar, pero no siempre es así.
Después de luchar durante unos días, decidí que Varna no era para mí (al menos no en ese momento de mi vida), así que reservé un vuelo de regreso a “casa”. Como todo estaba completo debido a la temporada alta, solo pude encontrar un vuelo a Brno, una ciudad en la República Checa ubicada a 2 horas al sureste de Praga.
Al final, ser un nómada digital me permitió ser flexible y seguir mi instinto. No solo no me quedé en un lugar donde no me sentía cómoda, sino que pude conocer otra ciudad hermosa en la República Checa que probablemente no hubiera visitado de otra manera.
¡Todo sucede por una razón! 🙂
Con amor,
Euge
PD: La situación más divertida con la que tuve que lidiar fue dar un seminario de capacitación a nuestros escritores 1 hora antes de mi vuelo desde Varna desde el jardín del único hotel que pude encontrar con buen wifi… Casi pierdo el vuelo por cierto… jeje
